04 de Noviembre, 2024 - ¡Griten, magnifiquen y prosperen!
Salmos 35:27 “Griten de júbilo y alégrense los que favorecen mi justa causa; y digan siempre: Sea engrandecido Jehová, que se complace en la prosperidad de su siervo.”
Se nos dice que gritemos a Dios con voz de triunfo (Salmos 47:1). Se nos dice que nos alegremos con gozo indecible y lleno de gloria (1 Pedro 1:8). Cuando gritamos de alegría viene la alegría. La alegría es el estado de gozo. Cuando gritas de gozo, la alegría se apodera de tu alma. No importa cuál sea la situación actual, no importa cómo te sientas actualmente, si liberas gozo desde tu interior (está ahí, es un fruto del Espíritu), el gozo vendrá.
Algunas traducciones dicen que la causa justa de David era su reivindicación de ser encontrado inocente. Otros han dicho que se refiere a estar a favor de lo que Dios está haciendo. Sea cual sea, sé que porque somos justos, hemos sido reivindicados, declarados inocentes.
Siempre necesitamos que nos guste lo que a Dios le gusta y odiar lo que Dios odia. Es entonces cuando tendremos el favor de Dios y de los hombres y que el favor de Dios nos rodeará como un escudo y traerá bendiciones a nuestro camino.
El hablar de la Palabra de Dios es muy importante desde confesar tu salvación hasta hablar la Palabra y dejar que la Palabra sea una espada que sale de tu boca. Consigue que tu corazón esté lleno de la Palabra de Dios, para que salga de la abundancia de tu corazón. La vida y la muerte están en el poder de tu lengua. ¡Habla sólo la Palabra!
Cuando magnifícas algo, lo haces más grande. Puedes magnificar el problema, o puedes magnificar la Palabra de Dios, que es tu respuesta. Parece que de lo que hablas y la cantidad de tiempo que hablas de ello, lo magnifica. Elige magnificar a Dios. No hables de tu montaña. Háblale a tu montaña usando la Palabra de Dios como un martillo.
La última parte de este verso nos muestra el corazón del Padre hacia nosotros. Él se complace en tu prosperidad. El no solo está de acuerdo con ella. Él se complace, se alegra por tu prosperidad. Dios quiere que seas bendecido para que puedas ser una bendición. Jesús se hizo pobre para que tú pudieras ser rico (2 Corintios 8:9). Como Padre, Él quiere verte bendecido. Él quiere satisfacer todas tus necesidades y darte los deseos de tu corazón.
Este versículo nos dice lo que debemos hacer; gritar, alegrarnos y hablar Su Palabra continuamente. Este versículo dice lo que Dios hará; ¡Él favorecerá tus causas justas, y se complacerá en tu prosperidad!
Pr. Mark Garver