27 de Noviembre, 2024 - Someterse a los amos, ¿En serio?
Someterse a los amos, ¿En serio?
27 de Noviembre, 2024
1 Pedro 2:18 (NASB 1995) “Siervos, estad sumisos a vuestros amos con todo respeto, no sólo a los que son buenos y amables, sino también a los que no lo son.”
Este versículo es claro, y fue escrito para aquellos que se encontraban en servidumbre a otra persona. La Palabra cubre ambos lados de esto. A los amos, el Señor les dice que tengan cuidado con cómo tratan a sus siervos, y que ni siquiera los amenacen porque ellos también tienen un amo en el Cielo (Efesios 6). A veces, esto es difícil de leer y entender, pero, si lo pensamos de esta manera, Dios estaba escribiendo a alguien que se encontraba en una posición mala y a veces cruel e injusta. Como esclavo o sirviente, no tenían otra opción que obedecer. Pero como Dios está tras su corazón, él quería que ellos mantuvieran su corazón recto al someterse a su amo para que Él pudiera bendecirlos y ayudarlos a salir de esa terrible situación.
¿Te has encontrado alguna vez en la vida o en el trabajo con un trato injusto? ¿En una situación difícil? Entonces, este versículo te ayudará, especialmente porque debes permanecer bajo autoridad para que puedas resistir al diablo y mover montañas. Este versículo señala que es más fácil someterse cuando los que están sobre nosotros son amables y gentiles, pero ¿qué pasa si nos encontramos trabajando para un verdadero «bribón», alguien que es poco amable o francamente mezquino? Quizá pienses: «Tengo que salir». Y sí, si el Señor te dirige a dejar esa situación laboral, puedes hacerlo, pero no estoy hablando de ser maltratado. Estoy hablando de un jefe que no es razonable, un verdadero dolor de cabeza. ¿Qué haces en una situación así? Te sometes a menos que el Señor te indique que te vayas. Se supone que debemos trabajar para el Señor, no hacerlo para un hombre sino para Dios. Cuando haces eso, te estás sometiendo.
Cuando el Señor no te deja salir de una situación difícil, hay algo ahí que necesitas agarrar para poder superarlo, especialmente en aprender a estar bajo en circunstancias menos que deseables. Para mí, el Señor me puso en un par de lugares donde no me gustaba la forma en que se ejecutaban las cosas. Simplemente no era la forma en que yo lo habría hecho si estuviera a cargo. Me puso con una ministra que hacía muchas cosas que no me gustaban, pero el Señor no me liberaba de ayudarla. La amaba y la adoraba, pero no algunas de las cosas que hacía. Cuanto más la conocía, mejor comprendía por qué hacía algunas de las cosas que hacía, aunque yo las habría cambiado si hubiera podido. Aprendí a someterme y luego recogí algunas cosas de su vida y ministerio, y aprendí muchas cosas buenas. Ahora tengo parte de la unción en la que ella caminaba. Es muy notable cuando se muestra en mi ministerio, y es igual a la unción en la que ella operaba cuando ministraba. Siempre hay una razón por la que el Señor quiere que te sometas; pero si siempre estás huyendo de las oportunidades de sumisión en la Tierra, es muy poco probable que estés verdaderamente sometido al Señor. Decidamos ser sumisos, aun en áreas y tiempos que son difíciles. Realmente valdrá la pena cuando el diablo aparezca porque cuando sepas que estás sometido en cada área de tu vida, puedes tomar autoridad sobre el diablo en el nombre de Jesus, y él huirá de ti como aterrorizado.
Pr. Mark Garver