19 de Septiembre, 2024 - ¡Mírate en el espejo!

¡Mírate en el espejo!

19 de Septiembre, 2024

Santiago 1:24-25 “Porque el que se mira a sí mismo, se va por su camino, y en seguida olvida qué clase de hombre era. Mas el que mira la perfecta ley de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en sus obras.”

En el Verso 23, el Señor nos dio una ilustración de mirarse en un espejo. El verso 24 nos dice que ser un oidor solamente es como mirarse en un espejo y luego olvidar inmediatamente como te ves. En otras palabras, no puedes describirte a ti mismo o ayudar a alguien a dibujar un bosquejo de ti sin mirarte en un espejo. El pensamiento es este, debemos escuchar la Palabra y hacer la Palabra, u olvidaremos lo que vimos y como nos vimos en la Palabra de Dios. ¿Cómo no olvidamos lo que vimos en el espejo de la Palabra de Dios? Debemos hacer lo que dice el verso 25 y continuar. Eso significa mirar constantemente en este espejo maravilloso que es la Palabra escrita del Dios vivo. Juan 8:31-32 dice, «Entonces dijo Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.» Eso me dice que no se trata de mirarse una sola vez en el espejo de la Palabra de Dios, sino de mirarse continuamente. Deberíamos saber quiénes y qué dice el espejo que somos. La única manera de saberlo es continuar en la Palabra de Dios. Cuando continúas escuchando y mirando en el espejo de la Palabra de Dios, entonces hacer la Palabra se convertirá en una parte diaria de la vida. Recuerda, la Biblia dice que el justo vivirá por fe. Se nos dice que vivamos por fe y no solo que tengamos proyectos de fe. Para vivir diariamente por fe, debemos continuar en la Palabra de Dios, para que podamos hacer la obra y no ser oidores olvidadizos.

El espejo, que es la Palabra de Dios, es muy interesante. La mayoría de la gente enseña que uno se mira en el espejo de la Palabra de Dios para ajustar lo que uno es, y creo que eso es cierto. En lo natural, cuando te miras en un espejo, estás mirando lo que necesita ser ajustado. Miramos nuestro cabello para ver como se ve, para poder arreglarlo y vernos lo mejor posible. Sin un espejo al natural, no podría recortarme la barba. Incluso me miro en el espejo cuando me cepillo los dientes. El espejo natural es para ayudarnos a ver cómo somos y ajustar lo que hay que arreglar. La Palabra de Dios también lo hace. Nos miramos en la Palabra, y ella nos ajusta. Vemos quienes somos desde el punto de vista de Dios, y vemos lo que nos pertenece, para que podamos ser quienes Dios dice que somos en Él. La Palabra nos corrige y nos ajusta, y debemos alegrarnos por ello.

También diría que este espejo, el espejo de la Palabra de Dios, es único. Nos devuelve lo que realmente somos. No sólo podemos hacer ajustes, sino que mirarnos en este espejo especial también tiene el poder de cambiarnos a lo que Dios dice que somos en realidad. El mirarnos continuamente en este poderoso espejo cambiará nuestras vidas y hará que seamos un reflejo de Jesús. Cuando te miras en el espejo y ves escrituras sobre sanidad, te refleja que tú eres el sanado del Señor. Recuerda, el Salmista dijo no olvides todos Sus beneficios. El espejo te refleja que eres perdonado, sanado, redimido y coronado de misericordia (Salmo 103:3-4). Gracias a Dios por su espejo que nos refleja quiénes somos realmente.

Pr. Mark Garver

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