26 de Abril, 2024 - Deseos de tu corazón
Salmo 37:4-5 “Deléitate también en el Señor, y Él te concederá los deseos de tu corazón. Encomienda tu camino al Señor; confía también en Él, y Él lo realizará.”
Nehemías dijo al pueblo que Dios había puesto esto en su corazón (Nehemías 2:12). Es un lenguaje inusual en el Antiguo Testamento. Cuando Nehemías escuchó de su hermano que las murallas y las puertas habían sido incendiadas en Jerusalén, se puso a ayunar y a orar después de que su corazón se entristeció por la noticia. Fue durante este tiempo cuando el Señor debió decirle lo que tenía que hacer. Se le encomendó reconstruir las murallas de Jerusalén. Además de reconstruir los muros, muchas otras cosas fueron hechas, la gente se reunió, aquellos vendidos como sirvientes fueron restaurados, los enemigos de la gente fueron expulsados, la Palabra escrita de Dios volvió a la gente; pero el llamado original era reconstruir el muro y cuando Nehemias obedeció ese llamado, todas estas cosas maravillosas sucedieron.
¿Cómo llega el plan? Nuestro versículo nos lo dice. Primero, deléitate en el Señor. Pasar tiempo ayunando y orando es bueno. Como creyente del Nuevo Testamento, también puedes escuchar a Dios por ti mismo. Tú eres Su oveja, y conoces Su voz. Como hijo de Dios, puedes y debes ser guiado por el Espíritu de Dios.
A medida que te deleites en el Señor, Él te dirá lo que debes hacer. Creo que este es el deseo del que habla la Palabra. Y es verdad que si buscas primero el Reino de Dios y Su justicia, Él te añadirá todas las cosas que los gentiles buscan, pero cuando pones tus afectos en Dios y entonces lo buscas a El primero, es cuando El puede darte los deseos de tu corazón. Es cuando confías totalmente tus pasos a Él, entonces Él es capaz de dirigir tu camino. Cuando tú y yo confiamos totalmente en el Señor con nuestras vidas, en otras palabras, Jesús no es sólo Salvador para ti sino que es Señor, entonces Él puede hacer realidad lo que puso en tu corazón. Recuerda, el Salmista dice, a menos que el Señor construya la casa el obrero trabaja en vano.
No puedes simplemente decidir lo que quieres hacer y luego pedirle al Señor que lo bendiga; Él no está obligado a hacerlo, y no podrá hacerlo. ¿Te bendecirá de otras maneras? Claro, Él nos ama. Él siempre está tratando de bendecirnos; pero hasta que no hagas este versículo, nunca llegarás a lo más alto y mejor de Dios.
Pr. Mark Garver