19 de Junio, 2023 - No me conmueve
Hechos 20:24 "Nada de esto me conmueve, ni estimo mi vida preciosa para mí mismo, a fin de terminar mi carrera con gozo, y el ministerio que he recibido del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios." Pablo nos dijo como terminó la carrera que el Señor le dio para correr. A Pablo se le encomendó el ministerio de alcanzar a los gentiles con la gracia de Dios, y así lo hizo. ¿Cómo lo hizo?
En primer lugar, no dejó que nada lo apartara del plan o del curso que Dios había puesto ante él. Cuando piensas en la vida y ministerio de Pablo, eso debería hacernos decir, ¡WOW! Dondequiera que iba causaba avivamiento y alboroto. No había nada fácil sobre el curso que él tuvo que correr. El Señor le advirtió al principio, y a lo largo de su ministerio, que le esperaban ataduras y aflicciones, pero él no permitió que ninguna de esas cosas lo moviera de su curso. Podría haber dicho: "Esto es demasiado", y ser como su compañero Demas, que se dejó arrastrar por la comodidad de este mundo presente. Entonces, ¿Qué debemos aprender de esto? Que todo lo que Dios nos da puede no ser fácil. Me preocupan mucho las personas que sólo quieren obedecer a Dios si es fácil, conveniente o se ajusta a su vida y horario actuales. Con Dios, no todo son 40 horas a la semana a un precio preferencial con todos los bonos por adelantado. Se necesita fe para seguirle. La fe es la única cosa que le agrada a Él, la cual El siempre recompensará grandemente (excesivamente, abundantemente, y por encima), pero usualmente no es por adelantado. Si Pablo estuviera por aquí hoy, creo que estaría horrorizado de los creyentes.
Segundo, Pablo no estimaba su vida. En otras palabras, cada día estaba dispuesto a arriesgar su vida. Tal vez pienses que eso es demasiado para que Dios te lo pida. Probablemente no te está pidiendo que arriesgues tu vida por el evangelio todos los días, pero sí te está pidiendo que todos los días, con tu vida, hagas lo que Él te pide. Nada más, pero tampoco nada menos.
La tercera cosa que veo es la siguiente. Pablo terminó su curso con alegría. Si queremos llegar a la meta, necesitamos alegría. ¿Por qué? La alegría del Señor es nuestra fuerza. La alegría y la fuerza van juntas. Necesitas resistencia y fuerza para terminar tu curso. Es fácil empezar. Cualquiera puede empezar, pero se necesita fuerza para terminar. Mantén tu gozo a través de tu viaje y mantente lleno de la Palabra. Encontré Su Palabra y la comí; fue el gozo y regocijo de mi alma. La Palabra de Dios es la barra de poder que produce gozo para que puedas terminar tu curso. Si hacemos estas tres cosas, nosotros también terminaremos nuestro curso y escucharemos, "¡Bien hecho!"
Ps Mark Garver