29 de Junio, 2023 - Paciencia hasta el final
Hebreos 10:36. "Porque tenéis necesidad de paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, recibáis la promesa".
Tenéis necesidad de paciencia. ¿Qué es la paciencia? La paciencia se define como el sufrimiento de aflicciones, dolor, trabajo, calamidad, provocación u otro mal, con un temperamento tranquilo e imperturbable, resistencia sin murmurar ni quejarse. La paciencia es espera, pero no es inacción. Cuando tú esperas en el Señor, eso es muy activo porque tú le estás ministrando a Él, y Él te ministra a ti. Aquellos que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas. La paciencia piadosa no tiene quejas. No le duele la barriga mientras las cosas suceden; en vez de eso, hay regocijo y gozo. Es con gozo y paciencia que heredamos las promesas de Dios.
¿Cómo obtengo esta paciencia? La paciencia es un fruto del Espíritu. A medida que caminamos en el Espíritu, a medida que crecemos en la Palabra, este fruto llamado paciencia crecerá en nosotros. A medida que ese fruto crece, desplazará las obras de la carne en nuestra vida, como la ira (thumos). Cuando confías en Dios, puedes ser paciente porque sabes que, si Él lo dijo, Él lo hará. Realmente solo puedes desarrollar paciencia cuando pasas por algo. Dios nunca te prometió que los "algo" no vendrían, pero sí te prometió librarte de todos ellos. Santiago 1 nos dice: "Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia."
El tipo de paciencia de Dios se produce cuando pasas por algo con la ayuda del Señor. La paciencia puede ser desarrollada. La Palabra nos dice que corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante. Vamos a tener algunos desafíos en el camino, pero mantente firme e inamovible, sabiendo que la prueba de tu fe producirá más resistencia paciente, para que puedas recibir las promesas de Dios. Una de las mayores promesas que tienes que recibir es la carrera que tienes que correr. Sé paciente, espera en el Señor, haz la voluntad de Dios, y terminarás la carrera con alegría.
Ps Mark Garver