26 de Marzo, 2024 - Ayudando a otros
Ezequiel 34:4-6 (NTV) “No has cuidado de los débiles. No has curado al enfermo ni vendado al herido. No has ido en busca de los que se han extraviado y están perdidos. En cambio, las has gobernado con dureza y crueldad. Por eso mis ovejas se han dispersado sin pastor, y son presa fácil de cualquier animal salvaje. Han vagado por todos los montes y todas las colinas, por toda la faz de la tierra, y sin embargo nadie ha ido a buscarlas.
Creo que una de las cosas más gratificantes que podemos hacer tú y yo es ayudar a la gente. Sé que tú y yo tenemos cosas que hacer, asuntos y problemas en nuestras propias vidas; pero he descubierto que el principio de sembrar y cosechar que se enseña en la Palabra de Dios también funciona para las cosas, los asuntos y los problemas. Si trato de ayudar a alguien cuando está pasando por algo, creo que Dios enviará a alguien para que me ayude cuando enfrente un problema. La regla de oro sigue vigente: "Haz a los demás lo que quieras que te hagan a ti".
He tenido la bendición de enseñar a jóvenes ministros y pastores de todo el mundo; y me gusta tomar una escritura interesante del Antiguo Testamento para enseñarles el corazón de Dios con respecto al pastoreo y cómo cuidar del pueblo de Dios. A menudo he pedido a los miembros de nuestra iglesia que me ayuden a cumplir esta Palabra que Dios dio a los pastores. Yo también he tratado de seguir esta pauta al ayudar a la gente, así que veamos esta escritura y recordemos lo que el Señor quiere que hagamos al ayudar a la gente. Ezequiel 34:4-6 (NLT), "No has cuidado del débil. No has curado al enfermo ni vendado al herido. No has ido en busca de los que se han extraviado y están perdidos. En cambio, las has gobernado con dureza y crueldad. Por eso mis ovejas se han dispersado sin pastor, y son presa fácil de cualquier animal salvaje. Se han extraviado por todos los montes y todas las colinas, por toda la faz de la tierra, y sin embargo nadie ha ido a buscarlas."
Yo creo que si tu y yo empezamos a dar tal cuidado, ayudaremos a la gente, y esto bendecirá el corazón del Padre Dios. Veamos cada parte de esta escritura y veamos cómo tú y yo podemos ser una bendición. ¿Cómo ayudas a los débiles? Puedes levantar a una persona débil. Puedes estar a su lado. Puedes ser como Aaron y Hur y sostener sus brazos. Puedes llevarlos a un lugar donde reciban la ayuda que necesitan. ¿Cómo se ayuda a un enfermo? Tú, por supuesto, puedes hacer cosas naturales; por ejemplo, llevarle comida, hacer algunas tareas o asegurarte de que pueda ir a los lugares que necesita; pero lo mejor que puedes hacer es orar por él. Imponer las manos sobre los enfermos, para que se recuperen. Puedes darles la Palabra de Dios, que sanará sus cuerpos. Puedes darles libros, mostrarles un podcast, llevarlos a la iglesia, o llevarlos a la Escuela de Sanidad. Puedes ministrar a los enfermos y ver cómo Dios sana sus cuerpos. ¿Cómo ayudo a los que se han alejado? ¿Cómo evito que sean presa de los animales salvajes (diablo)? Creo que lo mejor que puedes hacer es devolverlos al rebaño; hay seguridad en el rebaño (Mi teoría del reino salvaje). Estoy tan agradecido de que Dios nunca se dé por vencido con nosotros, y nosotros tampoco deberíamos darnos por vencidos con nadie. Pídele al Señor ideas creativas con cada individuo que estás ministrando, y El te mostrará lo que funcionara, para que puedas ayudarlos a dejar de vagar, y regresar a Dios y a la iglesia.
Volvamos nuestros corazones para ayudar a otros; y, en el proceso, ¡Bendeciremos el corazón de Dios!
Pr. Mark Garver