06 de Febrero, 2024 - No es la capacidad o habilidad de Dios, sino tú fe

No es la capacidad o habilidad de Dios, sino tú fe

06 de Febrero, 2024

Efesios 3:20 (NTV) Ahora toda la gloria a Dios, que es capaz, a través de su poderoso poder que actúa en nosotros, de lograr infinitamente más de lo que podamos pedir o pensar.

¡Dios puede! No hay ningún problema con Su capacidad o Su voluntad de cumplirnos Sus promesas, que son sí y amén en Cristo Jesús. Sin embargo, no recibimos de Dios basados en Su habilidad, sino en nuestra fe. Dios puede y es capaz de hacer tantas cosas asombrosas, pero eso no significa que automáticamente las recibimos. Creo que Dios es capaz de trasladar a las personas. Lo hizo con Felipe, el evangelista, pero no sé si me trasladaría a mí. He estado en varios vuelos largos y deseaba que Él me trasladara, pero no lo hizo. No es lo que Dios puede hacer; es lo que yo puedo creer. Creo que si se me cayera el motor del auto, Dios podría enviar ángeles para que lo arreglaran, pero no sé si podría creer en eso. Puedo creer que Dios podría darme el dinero para arreglarlo o que tendría el favor de alguien que supiera arreglarlo. Lo que estoy diciendo es que Dios no tiene un problema de habilidad. No se trata de lo que Dios puede hacer. Se trata de lo que tu y yo podemos creer.

¿Cómo nos posicionamos para recibir la habilidad de Dios? Debemos continuar escuchando la Palabra de Dios porque así es como viene la fe. Luego, debemos convertirnos en hacedores de la Palabra de Dios, lo que incluye decir lo que Dios dice de nosotros. El hablar de la Palabra de Dios es una de las acciones más altas que puedes hacer mientras estás en fe. Tienes que continuar viéndote a ti mismo con lo que Dios te ha prometido; medita en la Palabra de Dios. Puedes ver que caminar en las promesas de Dios no depende de la habilidad de Dios; depende de tu fe en Su habilidad.

Los dejaré con esto. La mujer con el flujo de sangre en Marcos 5, oyó de Jesús. La fe vino a ella cuando escuchó algo. Entonces ella dijo algo. Ella dijo, "Si tan solo pudiera tocar sus ropas, quedaría sana". Entonces hizo algo. Fue y luchó entre la multitud. Parece que se arrastró porque terminó tocando el borde de su manto. Cuando ella tocó sus ropas, el poder salió de Jesús, y ella fue sanada. No fue un toque casual porque todos lo estaban tocando, pero Jesús dijo: "¿Quién me ha tocado?". Los discípulos le dijeron: "Todos te tocan". La diferencia era que algunos estaban tratando de ver lo que Él era capaz de hacer por ellos, pero la mujer recibió, a propósito, y Jesús le dijo que su fe la había sanado. Recuerda, no es lo que Dios es capaz de hacer; ¡Es por lo que tú puedes creer! Creamos en todas las promesas de Dios.

Ps Mark Garver

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