08 de Abril, 2025 - Limpiarse

Limpiarse

08 de Abril, 2025

2 Corintios 7:1 “Así que, amados, teniendo estas promesas, limpiémonos de toda inmundicia de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios”.

La última parte del capítulo 6 es importante para este versículo de la Escritura. Dios quiere ser nuestro Padre. El Señor Todopoderoso quiere ser un Padre para nosotros, pero necesita algunas cosas de nosotros. Jesús hizo todo el trabajo para que nuestro espíritu naciera de nuevo. Fuimos hechos a semejanza e imagen de Dios, y ahora somos una nueva criatura en Cristo Jesús, las cosas viejas han pasado y tenemos una nueva vida. Tu eres una nueva creación en Cristo Jesus, pero aun tienes una carne que no nació de nuevo. En 2 Corintios 6:17 (el versículo favorito de mi Mamá, o al menos el que ella citaba todo el tiempo), nos dice, “Salid de en medio de ellos y apartaos”. La escritura continúa diciendo, “No toques ninguna cosa inmunda”. Jesus nos hizo santos, pero necesitamos ser perfeccionados en santidad por el temor de Dios. En otras palabras, desde nuestra posición santa en Dios, y porque tememos al Señor, necesitamos mantener nuestro cuerpo en control y caminar en nuestra santidad. La promesa que tenemos es que Dios, nuestro Padre, mora en nosotros, Él está caminando con nosotros, y nosotros somos Su pueblo. Porque tenemos estas promesas, debemos limpiarnos de la suciedad que está en el mundo que trata de adherirse a nuestra carne. Debemos someter nuestra carne y no permitir que tome dominio en nuestras vidas.

¿Cómo se perfecciona la santidad? Primero, reconociendo que eres santo y, después, sometiendo tu cuerpo. Luego, ofreces tu cuerpo y todas sus partes al servicio de Dios. ¿Cómo nos mantenemos limpios? La Palabra de Dios es un agente de lavado. Efesios les dice a los esposos que laven a sus esposas con la Palabra de Dios. Tu y yo no podemos evitar entrar en contacto con la suciedad que hay en el mundo y es por eso que necesitamos lavarnos diariamente con la Palabra. Estamos en este mundo, pero no somos de él. Entonces, en vez de vivir temerosos de la inmundicia del diablo, necesitamos lavarla diariamente y no participar en ella. Si nos limpiamos diariamente, nos mantendremos en la carrera que hemos sido designados a correr, ¡y terminaremos nuestro curso con gozo!.

Pr. Mark Garver

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