15 de Octubre, 2024 - ¡Paz por todas partes!

¡Paz por todas partes!

15 de Octubre, 2024

Hechos 28:30-31 “Y Pablo habitó dos años enteros en su casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían, predicando el reino de Dios y enseñando lo que atañe al Señor Jesucristo, con toda confianza, sin que nadie se lo impidiese.”

El apóstol Pablo tuvo una vida bastante interesante; estuvo llena de tumultos. Cuando fue presentado como Saulo, era un hombre con la misión de destruir a los creyentes de Jesucristo. Creía que había nacido para erradicar la plaga que se llamaba «el camino». Entonces, él conoció a Jesús en el camino a Damasco y toda su vida cambió.

A través de Ananías, el Señor le dijo que su llamado era llevar a Jesús a los gentiles, a los reyes y a todos los hijos de Israel y que sufriría por el nombre del Señor. Es interesante para mi que Saulo fue un perseguidor de la iglesia y luego, Pablo fue perseguido dondequiera que iba por predicar acerca de Jesús. En 2 Corintios 11:23-28, Pablo nos cuenta todo lo que ha pasado. La lista incluye los azotes que recibió (5 veces le dieron los 39 azotes acostumbrados), las prisiones en las que estuvo, experiencias de muerte y casi muerte, golpeado con varas, apedreado, naufragado, un día entero en el océano pisando agua, robado, hambriento y sediento, y dondequiera que iba era molestado por paganos y judíos. El hombre pasó por algunas cosas.

La razón por la que escogí esta escritura fue para hablarles del descanso que Pablo recibió al final o cerca del final de su vida, y cómo, en paz y prosperidad, compartió la Palabra de Dios en Roma durante dos años.

Hay épocas de la vida en las que parece que hay paz por todas partes. Me gustan esos momentos y a ti también. En 1 Reyes 5:4 dice: «Pero ahora el Señor, mi Dios, me ha dado reposo en que no hay adversario ni mal que por bien no venga». La NVI dice: «...Dios me ha dado descanso por todas partes y no hay adversario ni desastre». Durante el tiempo de Josué, también hubo un tiempo de paz. Josué 21:44 (NASB 1995) dice: «Y Jehová les dio reposo por todas partes, conforme a todo lo que había jurado a sus padres, y ninguno de todos sus enemigos se puso delante de ellos; Jehová entregó en su mano a todos sus enemigos.»

Sabemos que Jesús ya ha ganado la batalla sobre el diablo, pero él todavía levanta su fea cabeza en algunas revueltas, y debemos usar nuestra fe y el nombre de Jesús para acabar con esos levantamientos en nuestras vidas. Hay veces que debemos usar nuestra fe y pelear la buena batalla de la fe, pero también puede haber temporadas de paz en cada lado. Pablo, después de un ministerio y una vida muy turbulentos, pasó dos años en paz y prosperidad ininterrumpidas: la gente acudía a él para oír hablar del Reino de Dios y de todo lo que Jesús había hecho por ellos. Nadie trató de detenerlo, y no tuvo que preocuparse de ser golpeado o apedreado. Estaba vestido, bien alimentado, tenía una cama para dormir, y la vida era maravillosa para él. Solo quería mostrarte que aunque el llamado de Pablo era de sufrir por Jesús en el ministerio y no solo sufrir por sufrir o sufrir por lo que el Señor nos ha redimido a todos, pero al final, Pablo pudo compartir el evangelio con todos los que querían ser enseñados por él, y lo hizo en paz, sin mirar sobre su hombro preguntándose quien estaba detrás de el. Dios nos va a dar momentos como este, así que usémoslos sabiamente. ¡Paz a vosotros!

Pr. Mark Garver

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