16 de Octubre, 2024 - ¡Tú eres el templo!

¡Tú eres el templo!

16 de Octubre, 2024

Juan 2:19 - 22 “Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarás? Mas él hablaba del templo de su cuerpo. Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron que había dicho esto; y creyeron la Escritura y la palabra que Jesús había dicho.”

Jesús estaba sentando precedente para que tu cuerpo sea el templo. Nadie había oído jamás que se llamara templo a un cuerpo humano. Sería espantoso para los religiosos de su tiempo pensar que algo fuera tan santo como el edificio físico del templo. Jesús dijo: «Si destruyes este templo, en tres días lo levantaré». Sabemos que al tercer día, el Espíritu Santo entró en el infierno y sacó a Jesús de ese lugar, y Jesús fue vivificado. En 1 Corintios 3:16 y 1 Corintios 6:19, se nos dice claramente que hoy nuestros cuerpos son el templo del Espíritu Santo. El Arca de la Alianza significa la presencia reunida de Dios y solía ser donde moraba el Espíritu de Dios, pero ya no. Dios vive ahora en los cuerpos de los seres humanos y ya no vive en las cosas hechas por las manos de los hombres. Nos hemos convertido en el Arca de la Alianza.

Piénsalo, el poder de Dios en el Arca de la Alianza hizo que los hijos de Israel cruzaran el río en seco. Cuando el Arca fue dejada en la casa de Obed-Edom, múltiples bendiciones vinieron sobre su familia. Cuando el Arca fue dejada junto a Dagón, el dios de los filisteos, la estatua de Dagón quedó boca abajo como si se inclinara ante el único Dios vivo. Ese mismo poder está en ti y en mí. Por eso podemos decir de verdad: «Mayor es el que está en nosotros que el que está en el mundo». Me encanta Colosenses 1:27 que dice: «A quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria.» ¡Vaya! Cristo está en ti, y Él trae la unción con El. Esta verdad, que somos templos del Espíritu Santo, y tenemos un tesoro en nuestros vasos de barro, es asombrosa. Es el poder de Dios en nosotros que traerá esperanza, una expectativa alegre confiada, y una manifestación de Su gloria a otros dondequiera que vayamos. ¡Eso es asombroso! ¡Tú eres el templo del Espíritu Santo!

Pr. Mark Garver

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