22 de Mayo, 2024 - ¡No te preocupes!
Filipenses 4:6 "Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias, sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios."
La versión Amplificada lo dice así: «No se inquieten ni tengan ansiedad por nada». La Nueva Traducción Viviente dice: «No te preocupes por nada». Si lo piensas bien, esto no es una sugerencia del Señor; pero desde nuestro punto de vista, parece una orden imposible de cumplir. Mucha gente dice que no se preocupa ni tiene ansiedad, pero si tú y yo somos honestos, todos lidiamos con esto a diario. ¿Qué es la preocupación? ¿Qué es preocuparse por algo? Es estar preocupado por el resultado de una situación en la que a veces tienes el control, o al menos la influencia, pero otras veces está totalmente fuera de tu control. Meditas sobre un resultado desfavorable para ti o para alguien a quien quieres. Empiezas a imaginar un futuro incierto y a planificar el peor resultado posible. Te preocupas, te angustias, cambia tu estado de ánimo, frunces el ceño, te retuerces las manos e incluso puedes llegar a paralizarte ante este posible desenlace. Lo interesante es que, en realidad, no ha ocurrido.
La preocupación es una elección, y la preocupación es un pecado. ¿Un pecado? Podrías pensar que no es un pecado, pero lo es, especialmente porque es duda en la Palabra de Dios, y la Biblia dice que todo lo que no es de fe es pecado (Romanos 14:23). ¿Dónde ocurre la preocupación? En tu alma, en tu mente y en tus emociones. El diablo es un experto en hacer que nos concentremos en un asunto; hace que le demos vueltas y vueltas una y otra vez en nuestra vida mental y en nuestra imaginación. El diablo quiere que veamos un resultado desfavorable. ¿Por qué? Para que nos preocupemos e inquietemos. Esta es una táctica común del diablo.
No debemos preocuparnos, y este verso nos dice qué hacer en vez de preocuparnos. Debemos ir a Dios y pedirle. Lo sabemos, no tenemos porque no pedimos (Santiago 4:2). Tenemos que saber que Dios nos escuchará cuando oremos. Así que, en vez de meditar en el problema, tenemos que saber que Dios tiene la solución; y empieza por que pidamos, según la Palabra de Dios, que es la voluntad de Dios. Sabemos que si pedimos conforme a la Palabra de Dios, Él nos oye; y si sabemos que Él nos oye, tendremos las peticiones que le hayamos hecho (1 Juan 5:14-15). Este es el plan de Dios para deshacerse de la preocupación. Si Él la tiene, tú no la tienes, así que no hay nada de qué preocuparse. Si haces esto, sabes que Él te escuchó, y tienes la petición que deseabas, entonces todo lo que queda por hacer es estar agradecido.
Nuestra escritura dice, «por oración y súplica con acción de gracias». Una de las mejores cosas para la preocupación es ser agradecido y estar agradecido. La preocupación es seria; además de no estar en fe, y mostrar claramente una falta de confianza en Dios, se meterá con tu cuerpo. Muchos síntomas que la gente tiene están directamente relacionados con la preocupación y el estrés. Decidamos no preocuparnos por nada. En lugar de eso, mediante la oración, recibamos de Dios y seamos agradecidos.
Pr. Mark Garver