28 de Mayo, 2024 - Nosotros mismos le hemos oído
Juan 4:41-42 Y muchos más creyeron por su propia palabra; y dijeron a la mujer: Ahora creemos, no por tu dicho, porque nosotros mismos le hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Cristo, el Salvador del mundo.
Este relato es de la mujer junto al pozo. Jesús tuvo un encuentro con esta mujer mientras sacaba agua. Todo empezó cuando Jesús le pidió que le diera de beber. Mientras hablaban, la Palabra de Conocimiento empezó a operar, y Él le habló de sus 5 matrimonios y que el hombre con el que ahora vivía no era su esposo. Luego, empezaron a tener una discusión teológica porque esta mujer realmente entendía algunas cosas sobre la diferencia entre lo que creían los judíos y los samaritanos. La adoración era su tema principal. Entonces, la mujer dijo algo sobre el Mesías venidero, al que llaman el Cristo. Ella dijo: «Él es quien nos va a decir todas las cosas». Entonces, Jesús le dijo: «Yo soy el Mesías». Ahora ella tenía la opción de creer lo que Jesús decía. Ella eligió creer y entonces, regresó a la ciudad y reunió a la gente diciéndoles: «Conocí a un hombre que me dijo todo lo que he hecho». Con valentía proclamó: «¿No es éste el Cristo?». Esta samaritana, aún sin pacto, era una mujer predicadora, proclamando que Jesús es el Mesías. Juan 4:39 dice: «Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer, la cual daba testimonio diciendo: Me ha dicho todo lo que he hecho.» Aún así, hubo algunos que no creyeron hasta que oyeron de Jesús por sí mismos. Esto es exactamente lo mismo que sucedió con Sara. Ella no parecía ser capaz de liberar su fe hasta que lo oyó por sí misma. En este caso, algunos creyeron al decir de la mujer mientras que otros necesitaban oírlo de la boca de Dios.
¿Significa esto que algunas personas no lo entenderán aunque la Palabra esté siendo enseñada o predicada? No lo creo. Lo que sí significa es que mientras la Palabra de Dios está siendo enseñada y predicada, los ojos espirituales de las personas deben ser abiertos para que puedan entenderla. El Espíritu Santo es el revelador de la verdad. No es hasta que algo es una revelación para ti que comienzas a caminar en ello. Romanos 10:17 nos dice que la fe viene de escuchar un Rhema Christo's. ¿Qué es eso? Rhema es una palabra hablada. Es la Palabra de Dios hablada o recibida del Señor en tu corazón. Christos es «unción». La unción viene de hombres y mujeres ungidos de Dios. La Palabra misma tiene una unción en ella. Cuando la hablas de tu boca mientras la estás aprendiendo, deberá y será ungida cuando mezcles la fe con ella. No puedes tener un Rhema sin el logos. Necesitamos escuchar de Dios. Sí, tu escuchas de la Palabra escrita de Dios, pero tiene que volverse viva para ti y no solo conocimiento de cabeza. Sabes cuando crees algo o no. Sabes cuándo lo has entendido. Sabes cuándo crees lo que has oído. Si tienes que preguntarle a alguien: «¿Crees que estoy creyendo?», entonces la respuesta es: «No». Si crees a Dios, lo sabes en tu corazón. Sabes que lo tienes. El Señor quiere hablarnos a todos por la persona del Espíritu Santo. Es esa percepción, esa unción, ese saber que tu sabes. Deja que Dios te hable y deja que cobre vida, para que puedas decir con estos samaritanos: «Creemos porque le hemos oído por nosotros mismos.»
Pr. Mark Garver